¿Te ha pasado que tienes un buen producto facial, pero no logras ver los resultados que promete? Eso es más común de lo que crees. Y la diferencia no está en el cosmético… sino en cómo lo aplicas.
Hoy quiero enseñarte una técnica que puede transformar por completo tus tratamientos: la corriente galvánica. Sí, esa aparatología facial que muchas de ustedes tienen por ahí guardado, porque no saben cómo usarla, tienen dudas, o sienten que podrían aplicarlo de forma incorrecta.
Pero cuando sabes usarla correctamente, te abre las puertas a resultados increíbles: penetración profunda de activos, mayor efectividad de tus productos y clientas que notan la diferencia desde la primera sesión.
Y si no sabes que productos usar en tu cabina de tratamiento, te invito a mi blog “Qué productos cosméticos comprar para tu Spa”, donde te cuento todos los secretos y detalles sobre ellos.
Lo mejor sobre la aparatología es que no necesitas ser experta en electricidad ni tener el último modelo de equipo. Solo necesitas saber cómo, dónde y con qué productos utilizarla.
Así que si tú eres de las que quiere destacarse, dar un paso más en la calidad de tus servicios, fidelizar a tus clientas y posicionarte como una profesional actualizada y segura de lo que hace… quédate, porque esto va a cambiar la forma en la que haces faciales para siempre.
Tratamiento de corriente galvánica facial: ¿cómo se aplica paso a paso?
Ahora vamos a aplicar nuestro activo en este tratamiento de lifting o para pieles maduras con ayuda de la corriente galvánica.
Requisitos previos y productos ionizables
Recuerda que uno de los requisitos para utilizar este aparato es que el producto sea ionizable. Puede ser un gel o una ampolleta.
Generalmente, las ampolletas indican cuál es la polaridad con la que deben ionizarse. En este caso, voy a utilizar una ampolleta nutritiva con polaridad negativa. Ya tengo la ampolleta lista, mi brocha para aplicarla y ahora voy a preparar el aparato.
Preparación del aparato de galvánica selección de polaridad
Tenemos el maneral o mango para trabajar con nuestra galvánica. Lo primero que debemos hacer es desinfectar el electrodo.
Este electrodo es el indicado para trabajar zonas más grandes. Lo tomamos, lo limpiamos y sin tocar el metal lo colocamos. Una vez colocado, encendemos el aparato. Verás parpadear una luz azul y otra roja. Como nuestra ampolleta es de polaridad negativa, seleccionamos el lado correspondiente.
Cuando la luz negativa se queda fija, eso indica que ya estamos en la polaridad correcta.
Técnica correcta para aplicar la corriente galvánica
Ahora que el aparato está programado, colocamos el producto con el que vamos a trabajar. Comenzaremos desde la parte del escote, aplicando suficiente ampolleta para asegurar una buena conducción de los iones.
Después de aplicar, toco la piel de mi clienta, sostengo el aparato asegurándome de hacer contacto con las plaquitas laterales, y comienzo a deslizarlo.
Colocar la mano en la frente o en alguna otra zona del cuerpo es fundamental para cerrar el circuito. Puedes elegir el área que te resulte más cómoda.
Ahora aplica maniobras de lisajes, observa que estos no son ni demasiado rápidos ni muy lentos. El movimiento debe ser constante. Recuerda: si dejas el aparato en un solo lugar, puede provocar una quemadura térmica. Por eso, es crucial mantenerlo en movimiento.
Después del escote, continuamos con la zona del cuello y rostro, también con lisajes suaves y constantes. El tiempo de aplicación aproximado es de 15 a 20 minutos para que el efecto sea óptimo.
Despego mi mano solamente para aplicar el producto en la siguiente zona. Aplico en una zona amplia para no estar separando el aparato continuamente. Vuelvo a hacer contacto con la piel y hago contacto con las plaquitas y repetimos lo aprendido.
Recuerda que: la corriente galvánica es un tipo de corriente continua y unidireccional, que se mantiene constante durante el tiempo de aplicación. Evita pasar por zonas como el globo ocular, fosas nasales y oídos.
En este momento, los iones negativos emitidos por el aparato están repeliendo los iones de la ampolleta. Al rechazarse (porque polos iguales se repelen), y así los activos logran penetrar la piel.
Solo necesitas verificar la polaridad del activo. Si tu producto tiene polaridad positiva, ajusta el aparato a positivo. Si es negativa, ajústalo a negativo. Este choque de cargas permitirá que los iones se repelan y penetren en la piel, logrando el efecto deseado.
Potencia los resultados con el uso de mascarillas
Ahora vamos a aplicar la mascarilla. En este caso se trata de una mascarilla en gel de uva, antioxidante, ideal para pieles maduras. La aplicamos desde el escote y en todo el rostro.
Tú puedes usar la mascarilla que prefieras, siempre con un propósito claro para tu tratamiento. La dejamos actuar entre 15 y 20 minutos, y luego la retiramos.
¿Quiénes no deben usar la corriente galvánica en estética?
Es importante recordar que tus clientas deben estar libres de objetos metálicos, como aretes, durante el uso de la corriente galvánica.
Si tu clienta tiene problemas cardíacos o de circulación, debes evitar el uso de aparatología. Por eso, como cosmetólogas, debemos estar preparadas para trabajar con y sin aparatología, ya que hay casos en los que no se puede usar ningún tipo de equipo.
Sin embargo, siempre será ideal combinar técnicas manuales y aparatología para lograr los mejores resultados.
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